Me complace estar acompañado en este blog de tan buenos observadores, y sí, no andáis tan desencaminados como yo en la anterior.
La foto como bien dice mi compi Carolina no reúne más misterio que localizar las manchas en el sensor de mi cámara que como podéis comprobar le hace falta una buena limpieza.
La era digital nos ha traído bastantes ventajas respecto a la analógica (la de euros que nos ahorramos en carretes) pero también algunos inconvenientes: el sensor de las cámaras digitales es propenso a capturar imágenes, pero también partículas de polvo.
El simple hecho de cambiar de objetivo, supone abrir una puerta a la suciedad, de modo que tarde o temprano por mucho esmero que pongas en el asunto acabarán por aparecer los “monstruitos”.
Son pequeñas, en la mayoría de las ocasiones inapreciables a simple vista, otras veces se camuflan entre los elementos de la imagen y solo aparecen si ampliamos la foto al 100% y miramos sobre zonas homogéneas de luces (cielo) y cerramos el diafragma a valores altos.
Cualquiera puede comprobar el estado de limpieza de su cámara. Para ello escoge el modo de disparo AV, coloca el diafragma más alto que permita la combinación cámara/objetivo (en mi caso F22), enfoca al infinito (mejor si colocas el objetivo en modo manual) y apunta a una zona del cielo donde no haya nubes (difícil estos días), dispara y ya tienes la prueba del algodón.
En photoshop, aplícale simplemente imagen/ajustes/niveles automáticos. Amplia la visión al 100% y si los hay verás los meteoritos.
Si tienes una compacta estás de suerte. Tú no cambias de objetivo y por lo general los fabricantes las venden como herméticas.
Dejando al margen el modo de limpieza que daría para mucho, os recordaría que algunas cámaras poseen un sistema de auto limpieza incorporado (aunque parte de los usuarios dicen que deja bastante que desear), o bien una vez que has terminado la sesión de fotos y antes de guardar la cámara hasta la próxima, unos soplidos de aire con una pera, no acabarán con todas las motas, pero algunas desaparecerán.
Eso es todo amigos, os dejo que tengo que ponerme a ‘fregotear’ mi sensor, y si alguno de vosotros andáis bien del corazón y gustáis de sensaciones fuertes, haced la prueba.Igual descubrís algún OVNI no deseado :)
La foto como bien dice mi compi Carolina no reúne más misterio que localizar las manchas en el sensor de mi cámara que como podéis comprobar le hace falta una buena limpieza.
La era digital nos ha traído bastantes ventajas respecto a la analógica (la de euros que nos ahorramos en carretes) pero también algunos inconvenientes: el sensor de las cámaras digitales es propenso a capturar imágenes, pero también partículas de polvo.
El simple hecho de cambiar de objetivo, supone abrir una puerta a la suciedad, de modo que tarde o temprano por mucho esmero que pongas en el asunto acabarán por aparecer los “monstruitos”.
Son pequeñas, en la mayoría de las ocasiones inapreciables a simple vista, otras veces se camuflan entre los elementos de la imagen y solo aparecen si ampliamos la foto al 100% y miramos sobre zonas homogéneas de luces (cielo) y cerramos el diafragma a valores altos.
Cualquiera puede comprobar el estado de limpieza de su cámara. Para ello escoge el modo de disparo AV, coloca el diafragma más alto que permita la combinación cámara/objetivo (en mi caso F22), enfoca al infinito (mejor si colocas el objetivo en modo manual) y apunta a una zona del cielo donde no haya nubes (difícil estos días), dispara y ya tienes la prueba del algodón.
En photoshop, aplícale simplemente imagen/ajustes/niveles automáticos. Amplia la visión al 100% y si los hay verás los meteoritos.
Si tienes una compacta estás de suerte. Tú no cambias de objetivo y por lo general los fabricantes las venden como herméticas.
Dejando al margen el modo de limpieza que daría para mucho, os recordaría que algunas cámaras poseen un sistema de auto limpieza incorporado (aunque parte de los usuarios dicen que deja bastante que desear), o bien una vez que has terminado la sesión de fotos y antes de guardar la cámara hasta la próxima, unos soplidos de aire con una pera, no acabarán con todas las motas, pero algunas desaparecerán.
Eso es todo amigos, os dejo que tengo que ponerme a ‘fregotear’ mi sensor, y si alguno de vosotros andáis bien del corazón y gustáis de sensaciones fuertes, haced la prueba.Igual descubrís algún OVNI no deseado :)